#LasPiezas || Los ciclos de 50 años de El Salvador
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Los grandes ciclos de un país están definidos como: grandes rupturas, episodios que redefinen el funcionamiento de la estructura social, de ello surge un enarvolamiento de fuerzas que constituiría lo que podríamos llamar destino de una nación, lo que podríamos vaticinar como aquello que sucederá, más por acumulación de caracteres y símbolos que por un simple azar que se da porque sí, y es que lo suscitado en cada nación, tiene un por qué, una razón de ser, que en muchos casos, escapa a la atención del ojo del público.

Por ejemplo, el ciclo de vida de un país, es la sumatoria de todas las posibilidades, contradicciones, eventos, ditirambos, que ocurren en un plazo de tiempo aproximado; si tratamos de intuir, de inferir, de analizar el desenvolvimiento del entramado social de un país como El Salvador, nos vamos a encontrar, con algunas fechas muy importantes.
La primera o el año base, se gesta en 1841, cuando El Salvador se vuelve una república soberana. La segunda se gesta con la reforma Liberal en 1881. La tercera iría con el levantamiento campesino de 1932. La cuarta con la guerra civil de 1980. Partiendo de estas fechas, podemos tener un dato aproximado para 2030 o 2032, año en el que cabe la posibilidad de otra ruptura social, que no necesariamente desembocaría en un conflicto armado, (puesto que la actual crisis y desencantamiento social nos llevarían a irrevocablemente forjar un nuevo ciclo) es decir, el fin de uno y el inicio de otro nuevo gran ciclo.

Teniendo en cuenta estos datos y después de haber hecho un proceso de arqueología social, sobre las claves de los ciclos de vida, podemos inferir y analizar las líneas y los trazos acerca del destino de una nación y argüir que El Salvador tiene un ciclo de vida de alrededor de cincuenta años, en donde inevitablemente el devenir de la nación estará en juego, por supuesto que no sabemos qué pasará.
No obstante, teniendo estas fechas, podemos dilucidar que el ciclo se está volviendo a cumplir. Otra tautología está volviendo a ocurrir.

**Rodrigo Arroyo es narrador, poeta, además de ser estudiante de Relaciones Internacionales y Filosofía
NOTA: Las opiniones presentadas en estas columnas de opinión son de única responsabilidad de la persona que las escribe y no necesariamente representan la línea editorial de Ajedrez Político